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11/07/2023

Riesgos financieros y no financieros

Los riesgos financieros se refieren a la capacidad de la empresa para generar ingresos y con ellos, hacer frente a sus obligaciones.  Estos riesgos se ven afectados por la globalización, por el país de residencia o por otros factores más localizados. Entre los riesgos financieros más comunes podemos enumerar los siguientes: Riesgo de mercado: Se […]

Los riesgos financieros se refieren a la capacidad de la empresa para generar ingresos y con ellos, hacer frente a sus obligaciones.  Estos riesgos se ven afectados por la globalización, por el país de residencia o por otros factores más localizados.

Entre los riesgos financieros más comunes podemos enumerar los siguientes:

  • Riesgo de mercado: Se derivan de la situación de los mercados financieros que pueden afectar a los activos de la empresa y su rentabilidad.
  • Riesgo de crédito: La empresa puede verse afectada por el incumplimiento de sus clientes o la insolvencia de los mismos y eso produce pérdidas en la compañía.
  • Riesgo de liquidez: Cuando las políticas de las empresas no son acertadas, se puede producir una falta de liquidez que conlleve el incumplimiento de las obligaciones de pago y eso afectará a la reputación crediticia de la empresa o inclusive a tener problemas legales con sus acreedores.
  • Riesgo de tipos de interés: Los cambios en los tipos de interés afectan directamente a la empresa. En la actualidad estamos viendo una subida de tipos que pone en dificultades a las empresas provocando gastos, incluso pérdidas en sus actividades operativas por el encarecimiento de los préstamos que financian sus operaciones e inversiones.
  • Riesgos de tipo de cambio: Este riesgo se presenta cuando la empresa hace operaciones con monedas extranjeras y transcurren plazos entre las operaciones y los cobros o los pagos de las mismas, ya que el contravalor en moneda nacional puede variar dependiendo del tipo de cambio de dichas monedas extranjeras.

Los riesgos no financieros se refieren a aquellos que no están directamente relacionados con las inversiones, los mercados o el dinero. Los más frecuentes son:

  • Riesgos operativos: Están relacionados con la operativa diaria de la empresa, la logística, las relaciones comerciales, la tecnología o los sistemas operativos de la empresa.
  • Riesgos legales: Se refieren al incumplimiento legal que se pueda estar produciendo en la empresa respecto de la normativa que le afecta, entre ellos caben destacar los incumplimientos fiscales, laborales o mercantiles.
  • Riesgos ambientales: Se refieren a las actuaciones que la empresa pueda realizar en relación con el medioambiente, que puede llegar a ser un incumplimiento legal si es muy grave, pero que tienen mucho que ver con la contaminación, tratamiento de aguas residuales, emisiones de gas, etc.
  • Riesgos reputacionales: La ética de las empresas es percibida por todos los usuarios que se interrelacionan con ella, como los clientes, empleados, proveedores, entidades financieras e incluso las entidades públicas. Tener una buena reputación beneficia mucho la generación de ingresos y tener una mala reputación puede perjudicar mucho la imagen y los ingresos de la compañía.
  • Riesgos de seguridad y salud en el trabajo: Los empleados son los principales activos de las empresas y cuidar de su seguridad y salud es una obligación de todas las empresas. Los accidentes laborales o las enfermedades profesionales son riesgos que pueden costar mucho dinero a la empresa

Podrían citarse más riesgos, aunque podrían entrar dentro de alguna de las categorías que ya hemos mencionado.

Es importante mencionar que, aunque los riesgos financieros y no financieros son diferentes, están interconectados y pueden tener un impacto significativo en la salud financiera y la reputación de una empresa. Por lo tanto, es esencial que las empresas tengan un plan de gestión de riesgos bien estructurado para identificar, evaluar y mitigar los riesgos financieros y no financieros.

La gestión de riesgos financieros y no financieros es esencial en el mundo empresarial actual debido a la complejidad y la incertidumbre que enfrentan las empresas en un entorno cada vez más cambiante y competitivo.

La gestión de riesgos financieros implica la identificación y evaluación de riesgos relacionados con la inversión de dinero, como la volatilidad del mercado, las fluctuaciones de precios, el incumplimiento de deudas y la falta de liquidez. Al identificar y evaluar estos riesgos, las empresas pueden tomar medidas para minimizar su impacto en su salud financiera. Por ejemplo, una empresa puede optar por diversificar su cartera de inversiones para minimizar el riesgo de pérdida de inversión.

Por otro lado, la gestión de riesgos no financieros implica la identificación y evaluación de riesgos que no están directamente relacionados con la inversión de dinero, como los riesgos operativos, legales, ambientales y reputacionales. La gestión efectiva de estos riesgos puede ayudar a las empresas a evitar costosas multas y sanciones, así como a proteger su reputación en el mercado. Por ejemplo, una empresa puede implementar medidas de seguridad y protección ambiental para minimizar el riesgo de contaminación y evitar sanciones y multas.

La gestión efectiva de los riesgos financieros y no financieros también ayuda a las empresas a tomar decisiones más informadas y estratégicas, lo que les permite aprovechar las oportunidades de negocio y minimizar el impacto de los riesgos en su operación. Además, puede aumentar la confianza de los inversores, ya que demuestra que la empresa está comprometida con la gestión responsable de los riesgos y la protección de sus activos.

En resumen, la gestión de riesgos financieros y no financieros es esencial en el mundo empresarial actual para minimizar el impacto de los riesgos en la salud financiera, operativa y reputacional de una empresa, así como para tomar decisiones informadas y estratégicas. Las empresas que se toman en serio la gestión de riesgos están mejor preparadas para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades en un entorno empresarial cada vez más complejo y cambiante.

Identificar y gestionar los riesgos financieros y no financieros es un proceso crítico para cualquier empresa que quiera asegurar su sostenibilidad y crecimiento. A continuación, se describen algunos pasos para identificar y gestionar los riesgos financieros y no financieros:

1.- Identificación de riesgos: Lo primero que debe hacer una empresa es identificar los riesgos que pueden afectar su operación y objetivos financieros. Esta identificación puede realizarse a través de diferentes métodos, como encuestas, entrevistas con expertos, análisis de datos y revisión de informes financieros.

2.- Evaluación de riesgos: Después de identificar los riesgos, es necesario evaluar su probabilidad y su impacto. Esta evaluación ayudará a la empresa a determinar qué riesgos son más críticos y requerirán una atención prioritaria. Para evaluar los riesgos financieros, las empresas pueden utilizar herramientas como análisis de sensibilidad, simulaciones de escenarios y modelos de riesgo crediticio. Para evaluar los riesgos no financieros, las empresas pueden utilizar encuestas a clientes, evaluaciones de seguridad y revisiones de procedimientos operativos.

3.- Planificación de estrategias de gestión de riesgos: Una vez identificados y evaluados los riesgos, la empresa debe desarrollar estrategias de gestión de riesgos. Estas estrategias deben estar diseñadas para minimizar el impacto de los riesgos financieros y no financieros en la operación de la empresa. Las estrategias pueden incluir el establecimiento de controles internos, la diversificación de la cartera de inversión, la implementación de políticas de seguridad y protección ambiental y la creación de planes de contingencia.

4.- Control y revisión: La gestión de riesgos no termina una vez que se han implementado las estrategias de gestión de riesgos. Las empresas deben monitorear continuamente los riesgos financieros y no financieros y revisar periódicamente sus estrategias de gestión de riesgos para asegurarse de que sigan siendo efectivas. También es importante revisar los resultados de la gestión de riesgos y ajustar las estrategias según sea necesario.

Hay numerosos ejemplos de empresas que han sufrido consecuencias negativas debido a los riesgos financieros y no financieros. A continuación, se presentan algunos ejemplos destacados:

  • Enron: empresa de energía estadounidense que se declaró en bancarrota en 2001 después de que se descubriera que había estado involucrada en prácticas contables fraudulentas. La empresa había ocultado deudas significativas y había inflado sus ingresos. Como resultado, sus accionistas perdieron miles de millones de dólares.
  • Volkswagen: el fabricante de automóviles alemán sufrió graves consecuencias negativas en 2015 cuando se descubrió que había instalado dispositivos de manipulación de emisiones en sus vehículos diésel. La empresa enfrentó una multa de miles de millones de dólares, una disminución en las ventas y una caída en la confianza del consumidor.
  • Lehman Brothers: el banco de inversión estadounidense, se declaró en bancarrota en 2008 después de sufrir pérdidas significativas en el mercado.

En resumen, la identificación y gestión de riesgos financieros y no financieros es un proceso crítico para cualquier empresa que quiera asegurar su sostenibilidad y crecimiento. La identificación de riesgos, la evaluación, la planificación de estrategias y el monitoreo y revisión son pasos esenciales en este proceso.

Esperamos que hayas descubierto alguna clave que te ayude.

 

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