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13/07/2023

Auditoría interna o auditoría externa

Conocer el estado de una organización es clave para tomar decisiones adecuadas en cada momento. La auditoría es un proceso que genera mucho valor en las compañías, mejorando la protección de sus activos, minimizando los riesgos y aumentando la rentabilidad y productividad de ésta. El trabajo de auditoría no requiere un tamaño mínimo de la […]

Conocer el estado de una organización es clave para tomar decisiones adecuadas en cada momento. La auditoría es un proceso que genera mucho valor en las compañías, mejorando la protección de sus activos, minimizando los riesgos y aumentando la rentabilidad y productividad de ésta.

El trabajo de auditoría no requiere un tamaño mínimo de la empresa, se puede hacer en cualquier organización o compañía, aunque habitualmente se realiza en empresas u organizaciones que ya han adquirido un determinado nivel. Su proceso suele ser costoso pero muy necesario cuando la compañía ha crecido o quiere tener un crecimiento sostenible.

Hay dos tipos de auditoría que desempeñan un papel crucial en la gestión empresarial: la auditoría interna y la auditoría externa.

Auditoría interna:

Es un proceso de evaluación independiente y objetivo basado en el control de los procesos operativos y riesgos dentro de una organización. Su objetivo principal es mejorar su funcionamiento, la eficiencia y la eficacia dentro de un marco normativo determinado.

La auditoría interna se realiza por empleados de la empresa y requiere un alto grado de especialización de dichos empleados que dependen jerárquicamente de la dirección de la empresa. Su objetivo consiste en evaluar y mejorar los controles internos, identificar riesgos y proponer medidas correctivas. El rol del auditor interno avanza hacia la posición de asesor estratégico dentro de la compañía.

La auditoría interna abarca todos los aspectos de la organización, incluidos los controles internos, la gestión de riesgos, el cumplimiento normativo y la eficiencia operativa, concretamente sus funciones abarcan el área administrativa, legal, financiera, fiscal y contable. Su enfoque es proporcionar recomendaciones para mejorar la eficiencia y la efectividad de los procesos a través de controles internos y pruebas que verifiquen el correcto funcionamiento de los procesos internos de las compañías.

Básicamente, el trabajo de auditoría interna tiene 4 procesos esenciales:

  1. Planificación. Hacer una planificación adecuada es el resultado de aplicar objetivos y alcance de los trabajos, así como un cronograma adaptado a la necesidad de cada momento. En la planificación, el auditor debe hacer un análisis de su independencia y objetividad, evitando cualquier conflicto de intereses y anteponiendo estos atributos a cualquier otro aspecto. Los auditores internos no deben involucrarse en áreas de su competencia para evitar que el revisor se revise a sí mismo. También en este proceso debe hacer una evaluación del riesgo para centrar su trabajo en aquellas áreas que se vean más afectada por ellos.
  2. Ejecución. El auditor debe analizar y recopilar las evidencias relevantes y suficientes para respaldar su opinión. La evidencia debe presidir todas y cada una de las opiniones y recomendaciones con el fin de que esté basada en hechos reales y verificados.
  3. Informes. Es la parte del proceso donde se comunican de manera fehaciente, objetiva, precisa y comprensible todos los hallazgos encontrados en el proceso de revisión, con la finalidad de informar a la dirección del resultado de los trabajos y las debilidades de la compañía.
  4. Seguimiento. Después de finalizada la auditoría, es esencial realizar un seguimiento de la aplicación de las recomendaciones realizadas en el proceso y la ejecución de las acciones correctivas propuestas. Esto supone que la dirección de la compañía está comprometida en abordar los problemas detectados en la realización del trabajo y que además dichas acciones correctoras han sido efectivas y válidas en los objetivos perseguidos.

Igualmente, esto contribuirá a una mejora continua en los procesos y en la organización, realizando una verdadera labor de asesoramiento estratégico y optimización de los procesos operativos. A continuación, y más específicamente, detallamos algunas de las responsabilidades de la auditoría interna:

  1. Comprobación de la información financiera, administrativa y operativa significativa
  2. Revisión y evaluación de controles internos.
  3. Grado de exactitud de la información y datos contables.
  4. Revisión de los riesgos estratégicos de la compañía y comprobación de su correcta gestión.
  5. Verificación y evaluación de los sistemas de control de calidad.
  6. Verificación del cumplimiento de las políticas, regulaciones y leyes aplicables.
  7. Evaluación de la eficiencia y eficacia de los procesos operativos.
  8. Identificación de áreas de mejora y recomendación de acciones correctivas.
  9. Evaluación de la confiabilidad y precisión de los informes financieros.
  10. Investigación de fraudes y malversaciones.
  11. Establecimiento de procedimientos o políticas internas.
  12. Revisión de la aplicación de programas y planes de la empresa
  13. Asesoramiento en la implementación de mejores prácticas y estándares.

 

Auditoría externa:

A diferencia de la auditoría interna, la actividad de auditoría externa está regulada por el Instituto de Contabilidad y Auditoría de cuentas, mediante la Ley 22/2015, de 20 de Julio de Auditoría de Cuentas, desarrollada por el reglamento que desarrolla la citada ley por Real Decreto 2/2021, de 12 de Enero.

Se entenderá por auditoría de cuentas la actividad consistente en la revisión y verificación de las cuentas anuales, así como de otros estados financieros o documentos contables, elaborados con arreglo al marco normativo de información financiera que resulte de aplicación, siempre que dicha actividad tenga por objeto la emisión de un informe sobre la fiabilidad de dichos documentos que pueda tener efectos frente a terceros.

La auditoría de cuentas externa tendrá necesariamente que ser realizada por un auditor de cuentas o una sociedad de auditoría que deberán estar inscrito obligatoriamente en el Registro Oficial de Auditores de Cuentas, mediante la emisión del correspondiente informe y con sujeción a los requisitos y formalidades establecidos en esta Ley. Consecuentemente, dichos auditores deben ser contratados externamente y son independientes a la organización.

La auditoría de las cuentas anuales, consistirá en verificar dichas cuentas a efectos de dictaminar si expresan la imagen fiel del patrimonio, de la situación financiera y de los resultados de la entidad auditada, de acuerdo con el marco normativo de información financiera que resulte de aplicación. El objetivo principal es proporcionar una opinión imparcial sobre la razonabilidad de los estados financieros.

A diferencia de la auditoría interna, el trabajo del auditor se centra únicamente en la información financiera de la empresa, aunque igualmente, en dicha auditoría se revisa el cumplimiento de la normativa que afecta a la misma.

Al igual que en auditoría externa, el trabajo del auditor se desarrollará mediante las siguientes fases:

  1. Planificación
  2. Ejecución de los trabajos
  3. Informe de opinión
  4. Seguimiento de corrección de salvedades detectadas anteriormente.

 

Los auditores externos deben actuar con ciertas premisas marcadas por la Ley de Auditoría, concretamente, deben actuar bajo dos principios esenciales:

  1. Escepticismo y juicio profesional. La propia Ley de Auditoría define lo que se entiende por escepticismo profesional y lo define como “la actitud que implica mantener siempre una mente inquisitiva y alerta ante cualquier circunstancia que pueda indicar una posible incorrección en las cuentas anuales auditadas, debida a error o fraude, y examinar de forma crítica las conclusiones de auditoría. Esta actitud supone reconocer la posibilidad de que existan incorrecciones materiales en las cuentas objeto de auditoría, incluyendo fraudes o errores, sea cual fuere la experiencia anterior del auditor de cuentas en relación con la honestidad e integridad de los responsables de la administración y de los directivos de la entidad auditada.”
  1. Igualmente, la propia Ley establece obligatoriamente que “Los auditores de cuentas y las sociedades de auditoría deberán ser independientes, en el ejercicio de su función, de las entidades auditadas, debiendo abstenerse de actuar cuando su independencia en relación con la revisión y verificación de las cuentas anuales, los estados financieros u otros documentos contables se vea comprometida. Los auditores de cuentas y las sociedades de auditoría, así como toda persona en condiciones de influir directa o indirectamente en el resultado de la auditoría, deberán abstenerse de participar de cualquier manera en la gestión o toma de decisiones de la entidad auditada. No se considerará participación en la gestión o toma de decisiones de la entidad auditada las comunicaciones efectuadas durante la realización del trabajo de auditoría que sean necesarias para el cumplimiento de la normativa reguladora de la actividad de auditoría de cuentas o las derivadas de actuaciones exigidas por otras disposiciones de rango legal.”

Por tanto, esta es una de las diferencias más importantes con la auditoría interna. Un sistema mucho más regulado y con exigencias en la cualificación del profesional y en los requisitos para el desempeño de la profesión.

La auditoría externa ofrece beneficios, como confianza y credibilidad a los estados financieros de una organización. Además, ayuda a los accionistas, inversores y otros interesados a tomar decisiones informadas y confiables basadas en la opinión de expertos independientes.

La auditoría externa es de gran utilidad cuando la dirección de los negocios se lleva a distancia y el empresario no está permanentemente en la gestión del día a día de la empresa. Pensemos que hay empresarios que dirigen grupos de empresas cuya actividad se ejerce a muchos kilómetros de donde ellos residen y necesitan tener un control sobre las empresas que garantice el buen funcionamiento de las mismas, y que puedan tomar decisiones con la seguridad de que sus estados financieros reflejan la imagen fiel de la entidad sin necesidad de una presencia permanente en sus instalaciones. La auditoría externa es un elemento de confianza del empresario en el rigor y cumplimiento de la legalidad vigente.

En resumen, la auditoría interna se enfoca en los controles internos, la eficiencia operativa y la gestión de riesgos dentro de la organización, mientras que la auditoría externa se centra en evaluar la razonabilidad de los estados financieros de la organización.

 

Ambos tipos de auditoría son fundamentales para asegurar la integridad, la transparencia y la efectividad de una organización. Trabajan en conjunto para fortalecer la gobernanza, garantizar el cumplimiento normativo y brindar confianza a los interesados.

Esperamos que hayas descubierto alguna clave que te ayude.

 

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